Círculo de influencia / Círculo de preocupación
Hace unos años Stephen Covey nos hablaba en su libro «Los siete hábitos de la gente altamente efectiva», del círculo de influencia y círculo de preocupación. Esta fantástica herramienta ayuda a identificar y asumir el grado de responsabilidad y actuación que se tiene sobre una situación determinada y permite buscar posibles soluciones desde la posición de protagonista.
Consiste en tomar consciencia de cual es nuestro grado de intervención en un asusto preocupante y averiguar dónde estamos invirtiendo principalmente nuestro tiempo y energía.
Todos tenemos preocupaciones que nos inquietan:relacionadas con la familia, la salud, la economía, el trabajo, etc., pero sobre muchas de ellas no tenemos capacidad de acción, por lo que lo englobaremos en lo que llamamos «Círculo de Preocupación». Si hacemos una revisión de todo aquello que está dentro de muestro círculo de preocupación, encontraremos algunas cosas de las que sí nos podemos ocupar y sobre las que tenemos capacidad de control, que englobaremos en uno más pequeño que llamaremos «Círculo de Influencia». Las personas «proactivas» se sitúan en el círculo de influencia, emplean la mayor parte de su energía y tiempo en determinar sobre qué situaciones tienen control y actúan en consecuencia. La personas «reactivas» prefieren emplear su energía y tiempo en el círculo de preocupación, desde una perspectiva de queja e inacción.
En estos momentos de crisis que estamos viviendo, es imprescindible definir en cuál de los dos círculos pasamos más tiempo. Estamos viviendo una pandemia mundial, donde los gobiernos de los diferentes países toman decisiones que repercuten directamente sobre la población. Pero nosotros no podemos hacer nada al respecto. Es el momento de poner el foco en lo que sí podemos hacer, aquello que podemos controlar, sobre lo que tenemos margen de actuación.
¿Qué está dentro de mi Círculo de Influencia?
- Mantener la calma.
- Acudir siempre a informaciones oficiales y no compartir bulos.
- Seguir en todo momento las recomendaciones de las diferentes Administraciones.
- Mantener una actitud positiva.
- Comprender la situación y compartir las emociones.
- Establecer rutinas de higiene, descanso, actividad física, alimentación y ocio.
- Mantener la comunicación telemática con familiares y amigos, para minimizar los efectos del distanciamiento social.
- Ayudar a las personas más vulnerables.
- No olvidar que esto es temporal.
