«La taza vacía», una conocida historia de Nan-in, un Maestro japonés que vivió en la era Meiji, que recibió la visita de un joven profesor universitario en busca de conocimiento.
Un joven que deseaba aprender nuevos conocimientos y habilidades, acudió a un sabio Monje en el Tíbet, con la esperanza de que lo admitiera como alumno.
El viejo sabio le recibió amablemente y le invitó a tomar una taza de té. Puso delante del joven una taza y empezó a servir el té. Una vez la taza estaba llena, el sabio continuó vertiendo la bebida, la cual empezó a derramarse sobre la mesa. El muchacho, alarmado al ver que el monje no se inmutaba ante el derrame de té, gritó:
– ¡Maestro, maestro, deje de echar té en mi taza! ¡Pero no se da cuenta de que lo está derramando!
El Monje lo miró a los ojos y le respondió:
– Igual que la taza, tu mente está llena de opiniones y especulaciones. ¿Cómo vas a aprender si no empiezas por vaciar tu taza? Hasta que no seas capaz de vaciarla, ni yo ni nadie podremos poner más conocimiento en ella.
Reaprender.
Decía Alvin Toffler que «Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender.» Esto nos hace poner el foco en una de las competencias más importantes; la de “reaprender”, es decir, saber soltar lo que sabemos y aprender cosas nuevas.
No significa que olvidemos nuestros conocimientos (que tanto trabajo y esfuerzo nos ha costado adquirir), pero sí dejarlos en una esquinita bien guardados y seguros, para después poderlos recuperar y adaptarlos al nuevo aprendizaje, cuestionarlos, cambiar esquemas, realizar una apertura de mente y dar paso a la creatividad y a lo nuevo.
Al iniciar un proceso formativo nos podemos encontrar con dos posiciones adoptadas por los alumnos: la taza llena o vacía. Cuando se trae llena no hay cabida para nada más, se tienen la intención y las ganas, pero también el impulso de cuestionar el nuevo conocimiento y compararlo con los que ya se tienen. Pero cuando se trae vacía, un amplio universo de posibilidades se abre ante nosotros, de recibimiento, de satisfacción y de apertura.
¿Cómo traerás tu taza?